Mantenerse hidratado es importante y necesario para estar saludable, el organismo necesita la hidratación. Además, es bien sabido que tomar el vital líquido genera bienestar, pero ¿sabías que también que beber agua en exceso puede ser peligroso?.
Beber agua en exceso, ¿por qué?
Todo en exceso es malo, hasta el agua. La potomanía es una enfermedad que supone una ingesta de agua exagerada. Quienes la padecen, pueden tomar entre 8 y 15 litros de agua, hacerlo les produce placer y en lugar de ser sano, es una adicción.
Esta condición tiende a venir acompañada de otras enfermedades tanto físicas como mentales, como diabetes o psicogénica.
El consumo excesivo del vital líquido puede derivar en una hiperhidratación, que supone la incapacidad de los riñones para excretar la cantidad de agua consumida y genera la dilución del nivel de sodio en la sangre, según reseña Smoda.
Algunos síntomas de esta enfermedad aparecen de forma leve con dolor de cabeza y náuseas; en el caso de los síntomas graves, aunque poco frecuentes, son convulsiones e incluso la muerte.
La influencia de la publicidad
¿Cómo se generó esta enfermedad?. Es algo que se arrastra desde los años 70 cuando las compañías de distribución de agua Evian y Perrier, posicionaron el concepto del agua embotellada como una bebida de alto nivel y estatus.
A partir de entonces, las botellas de agua comenzaron a ser vistas como un complemento necesario, sinónimo de fitness y buena salud.
El mito creció y se consolidó cuando las estrellas del cine, el deporte y la televisión comenzaron a afirmar que el agua era uno de sus rituales de belleza que no podía faltar en sus rutinas, convirtiéndola en una especie de elixir que incluso ayudaba contra los signos del envejecimiento.
Beber agua y mantenerse hidratado era más que salud, era una moda que te llevaría más cerca de ser como los ricos y famosos de la tv.
Económicamente hablando, el boom por la hidratación ha llevado a las compañías de mayor estatus a mejorar sus ventas, con un volumen de producción que ha crecido año tras año.
Es así como el agua dejó de ser un líquido que quita la sed, para convertirse en la solución a casi todos los problemas. Sin embargo, lo que debería ser salud, para algunas personas es una obsesión peligrosa.
Ni dos ni tres litros
Hay quienes aseguran que tomar entre 2 y 3 litros de agua es una regla para ser saludables y esta no es una afirmación cierta. La regla es mantenerse hidratado, pero las necesidades de consumo de agua varían entre una persona y otra.
De hecho, los científicos coinciden en que en los niveles de hidratación cambian para una misma persona entre un día y otro. De modo, que los dos litros de agua al día son referenciales, pero precisar la cantidad exacta dependerá de factores como edad, sexo, alimentación, nivel de actividad física, entre otras.