La inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas, transformando diversos aspectos de nuestra vida cotidiana. Uno de los desarrollos más fascinantes en esta área es la creación de robots que pueden «sentir». Estos robots, equipados con inteligencia artificial avanzada, serían capaces de realizar tareas complejas, al tiempo que también pueden interactuar con su entorno de manera más humana.
La robótica y la inteligencia artificial van de la mano y no han parado de evolucionar desde sus inicios. Lejos de modelos que se conocen hoy en día quedaron los primeros robots, esos que eran simples máquinas programadas para realizar tareas repetitivas en entornos controlados.
Con el tiempo, gracias a las investigaciones y al avance tecnológico, la integración de la IA ha permitido que los robots se vuelvan más autónomos y versátiles. La combinación de la robótica y la IA ha llevado a la creación de ejemplares que pueden aprender, adaptarse y tomar decisiones basadas en datos.
Uno de los objetivos más ambiciosos en el campo de la robótica es desarrollar prototipos que puedan interactuar con los humanos de manera natural y empática. Esto implica dotarlos de la capacidad de «sentir» y responder a estímulos emocionales y físicos. La inteligencia artificial emocional (IAE) es una rama de la IA que se centra en el desarrollo de sistemas que pueden reconocer, interpretar y responder a las emociones humanas. La creación de robots que sienten es un paso crucial hacia la realización de este objetivo.
Robots que sienten con IA
En este sentido, los robots que sienten son máquinas equipadas con inteligencia artificial avanzada y sistemas sensoriales que les permiten percibir y responder a su entorno de manera similar a los humanos. Estos robots utilizan una combinación de sensores, algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales para procesar información y tomar decisiones en tiempo real.
Uno de los ejemplos más conocidos de robots que sienten es Sophia, creada por Hanson Robotics. Se trata de un modelo humanoide que combina redes neuronales, arquitectura cognitiva y sistemas de procesamiento de lenguaje natural para interactuar con los humanos de manera natural. Sophia puede reconocer rostros, identificar expresiones y gestos, y mantener conversaciones fluidas.
Otro ejemplo destacado es AMECA, desarrollado por Engineered Arts. Este es otro robot humanoide capaz de imitar gestos humanos con una precisión asombrosa. Además, está diseñado para interactuar con personas en entornos públicos, como museos o centros comerciales, y su habilidad para mostrar emociones y movimientos lo convierte en un fenómeno impresionante.
El desarrollo de estos robots que sienten ha sido posible gracias a la colaboración de científicos, ingenieros y expertos en inteligencia artificial de todo el mundo, no se trata de una labor unitaria. En 2025, se han logrado avances significativos en este campo, con la creación de robots que pueden interactuar con los humanos de manera más natural y empática.
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Para que tengas una idea más clara, uno de los hitos más recientes en este campo es el lanzamiento del robot humanoide Optimus Gen2 de Tesla. Este robot, diseñado por el equipo de Elon Musk, es capaz de realizar tareas cotidianas como limpiar, cocinar y transportar cargas livianas. Asimismo, está equipado con sensores avanzados que le permiten navegar por entornos complejos y evitar obstáculos con facilidad.
Además, el robot AMECA, desarrollado por Engineered Arts, ha sido reconocido como el robot humanoide más expresivo del mundo. Verás, el modelo puede mantener conversaciones fluidas y naturales, reconocer rostros y entender voces, lo que lo convierte en uno de los más avanzados del mundo en 2025.
Robots sienten IA: cómo funcionan y para qué sirven
Posiblemente te preguntes qué hay detrás de todo esto, pues bien, los robots que sienten funcionan mediante una combinación de sensores, algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales. Estos sistemas les permiten percibir y procesar información del entorno, tomar decisiones y actuar en consecuencia. Los sensores, como cámaras y micrófonos, capturan datos visuales y auditivos, que luego son procesados por los algoritmos de IA para interpretar el contexto y las emociones humanas.
De igual modo, estos ejemplares tienen una amplia gama de aplicaciones en diversos sectores. En el ámbito de la atención médica pueden asistir a los pacientes, proporcionar compañía y apoyo emocional, y realizar tareas rutinarias para aliviar la carga de los profesionales de la salud. En el sector de la educación, estos robots que sienten pueden actuar como tutores y asistentes, proporcionando una experiencia de aprendizaje más interactiva y personalizada.
En lo que respecta a la atención al cliente, los robots que sienten pueden mejorar la experiencia del usuario al proporcionar respuestas rápidas y precisas a las consultas, así como al reconocer y responder a las emociones de los clientes. Además, pueden ser utilizados en entornos públicos, como museos y centros comerciales, para interactuar con los visitantes y proporcionar información de manera más atractiva y accesible.
Estos son avances que están transformando la manera en que se interactúa con las máquinas y abre nuevas posibilidades en diversas áreas y campos. Quien sabe, puede que en un futuro no muy lejano, los robots que sienten sean parte cotidiana en el día de los humanos. Puedes conocer un poco más sobre este tema y explorar otras aristas en portales como Futuro Eléctrico o Tu Experto.