La conciencia divina es un concepto espiritual que se refiere a la conexión con la fuente de la vida, el amor y la sabiduría. Para muchos, es la esencia de todo lo que existe, y se manifiesta en cada ser y en cada cosa.
Además, la conciencia divina es también el potencial que tiene cada persona para expresar su verdadera naturaleza, su propósito y su misión. El término se conoce desde hace mucho. In embargo, cobró mayor popularidad a partir de la serie de Netflix Manifiesto. Con esta producción, se hizo más notable gracias a su mención a lo largo de las temporadas.
Aprende sobre la conciencia divina
Ten presente que la conciencia divina no es una religión ni una doctrina, sino una experiencia personal e íntima. Cada persona puede acceder a ella a través de diferentes caminos, como la meditación, la oración, el arte, la naturaleza o el servicio. Se reconoce por sus frutos, como la paz, la alegría, la compasión, la creatividad y la armonía.
La conciencia divina tiene beneficios para la salud física, mental y emocional. Algunos de los efectos positivos que se han demostrado son que reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Asimismo, aumenta la autoestima, la confianza y el optimismo. También desarrolla la intuición, la inspiración y la inteligencia. De igual modo, amplía la percepción, la memoria y el aprendizaje y fomenta las relaciones interpersonales y sociales.
Para desarrollar la conciencia divina se recomienda practicar algunas técnicas o hábitos que faciliten el contacto con el ser interior y con el todo. Algunas de las recomendaciones son:
Técnicas para alcanzarla
Meditar a diario, preferiblemente por la mañana o por la noche, en un lugar tranquilo y con una postura cómoda. Consiste en observar los pensamientos y las emociones sin juzgarlos ni identificarse con ellos, y enfocar la atención en la respiración, en un mantra o en una imagen. Es una forma de llegar a la conciencia divina.
Orar con regularidad, expresando gratitud se puede llegar a la conciencia divina, pidiendo ayuda o intercediendo por otros. La oración puede ser verbal o mental, formal o espontánea, individual o colectiva. Lo importante es tener una actitud sincera, humilde y confiada.

Practicar el arte como una forma de expresión y de conexión con lo divino. El arte puede llevar a la conciencia divina, puede ser cualquier actividad creativa que implique el uso de las habilidades y los sentidos, como pintar, escribir, cantar, bailar o tocar un instrumento.
Disfrutar de la naturaleza como una fuente de belleza y de energía espiritual. La naturaleza es una conexión con la conciencia divina porque ofrece múltiples oportunidades para contemplar, admirar y agradecer las maravillas de la creación. También permite entrar en contacto con los elementos, los animales y las plantas.
Servir a los demás como una forma de amor y de compasión. El servicio es espiritual y es parte de la conciencia divina. Puede ser cualquier acción que contribuya al bienestar de otra persona o de una causa noble, como ayudar, escuchar, compartir o colaborar. El servicio implica ponerse en el lugar del otro y actuar desde el corazón.
En conclusión, la conciencia divina es un estado de plenitud y de felicidad que se puede alcanzar mediante diferentes prácticas espirituales. Implica reconocer y manifestar la presencia de lo divino en uno mismo y en todo lo que existe.
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