La polio ataca el sistema nervioso y puede dejar paralizada a las personas, incluso, si toca los pulmones, puede cortar la respiración. Muchos métodos se usaron para mantener con vida a las personas, pero con el tiempo todo quedó atrás y se entró en una era “libre de polio”.
La polio prende las alarmas
Pero ahora las alarmas han saltado y tal parece que no estaba del todo erradicada. La polio fue diagnosticada en un joven en Estados Unidos y Londres comenzó una vacunación masiva y de emergencia en niños.
Gracias a la vacuna, la enfermedad dejó de ser un problema que quedó en los 80 y solo se presentaba en algunos países. De hecho, Afganistán y Pakistán son las únicas naciones en la que el virus permanece, luego de que África se declaró libre de polio en el 2020; sin embargo, continúa siendo una amenaza.
El inconveniente es que aunque son pocos países, pueden desatar un brote en otros lugares. Incluso las vacunas también son un problema, la oral es efectiva para los brotes pero incide en la propagación.
“La vacuna más potente contra la polio es una que se usa en forma de gotas orales y posee una forma debilitada, pero viva, del poliovirus. Es barata, fácil de administrar y conlleva a inmunidad, así que la hace ideal para responder a los posibles brotes”, destaca BBC.

En contraposición, puede generar infección estomacal y al llegar a las heces, se puede propagar y si pasa de persona a persona, se convierte en un poliovirus derivado de la vacuna, muta y puede causar parálisis.
Es por esta razón, ante la posible mutación, que algunas naciones han optado por cambiar la vacuna oral por la inyección.
Londrés toma medidas
La situación en Londres es justo esa, ha aparecido el virus proveniente de la vacuna oral de otras partes del mundo en las alcantarillas de la ciudad. Por algunas muestras recogidas, los científicos prevén que muta y puede causar parálisis, además de que hay evidencia de que el virus se ha propagado.
Esta situación no preocupa para quienes tienen su esquema de vacunación al día, ya que los riesgos son mínimos, pero para los no vacunados los riegos incrementan, porque la parálisis varía entre uno de cada 100 o uno de cada 1000, según la edad.
En cifras, en Londres un 15% de la población no tiene las 3 dosis de la vacuna en su primer año de vida, en algunos sectores la cifra sube a 40% y pueden ser el motivo de la propagación del virus. Ante este escenario, se espera que se cree una nueva vacuna oral que sea más estable y que no promueva la propagación. Además, para poder evitar los brotes, los países endémicos deben erradicarla.