Los colores análogos y su extensa gama son indispensables para todos los artistas. Cada tono tiene sus características, por lo que conocerlos permite plasmarlos de la mejor manera en las obras artísticas.
Se trata de colores que son cercanos entre sí, por lo que tienen un parecido bastante importante a los que están a su lado, dentro del círculo cromático. No obstante, pueden distinguirse cuando se presta suficiente atención.
Vínculo del color análogo
El vínculo que existe entre un color análogo y los otros dos tonos ubicados a sus lados, se basa en compartir un tono. Se denomina como color regente, por estar entre ambos colores.
Por tanto, es el que permite generar decoraciones monocromáticas; es decir, aquellas en las que predomina un color.
Estos son los colores análogos
De acuerdo con las normas establecidas en la materia, los colores análogos se dividen en dos grupos que son primario y secundario. Por tanto, los tonos análogos del amarillo son el naranja, rojo, violeta, azul y verde.
Estos colores son ideales para la decoración de diversas estancias del hogar, pues aportan equilibrio y serenidad a cualquier lugar. Esto es porque el hombre contempla con agrado esos colores, porque están presentes en la naturaleza y transmiten armonía y paz.
Su combinación es un poco más compleja de lo que parece. Debes elegir aquellos que hacen contraste, aun cuando son similares, para que puedan diferenciarse de forma adecuada. Cuando eliges los verdes y azules, los análogos deben contar con una combinación bien equilibrada entre ambos.
¿Cuándo se usan?
Los colores análogos son perfectos para usar en locales comerciales y centros de estética o spas. Se aplican en paredes y elementos decorativos o muebles, que crean contrastes muy interesantes, los cuales transmiten serenidad.
Para transmitir esas sensaciones de manera correcta, los colores análogos son una solución. No obstante, para los ambientes más enérgicos, es mejor apostar por un contraste de colores más elevado, como los tonos complementarios, en vez de los análogos.