«El ángel de la muerte» es una película que convirtió en la más popular de la plataforma de Netflix. Basada en hechos reales y protagonizada por Jessica Chastain y Eddie Redmayne. Esta producción muestra solo una parte de lo que ocurrió en realidad, pues la historia completa es tan terrorífica que parece ficción.
En esta película, Chastain personifica a Amy Loughren. Es una enfermera compañera de Charles Cullen (Redmayne), que también es enfermero y se convierte en sospechoso de algunas muertes inexplicables que se presentan en un hospital de Nueva Jersey.
El ángel de la muerte: Una historia terrorífica
Esta enfermera logró hacer que Cullen confesara algunos de los crímenes cometidos, por lo que terminó en la cárcel. Él trabajó durante 16 años como enfermero en varios hospitales y residencias de ancianos, razón por la cual actualmente se desconoce el número exacto de las personas que asesinó.
Sin embargo, las autoridades estiman que este número se eleva a unas 400 personas. Para cometer sus crímenes usó una extensa variedad de drogas con las que contaminó el suero aplicado a los pacientes para asesinarlos. Lo atraparon en el año 2003, pero no está claro en qué se basaba para seleccionar a sus víctimas.
Y es que, de acuerdo con las investigaciones del caso, al parecer Cullen agarraba los informes de diversos pacientes y decidía actuar para «acabar con su dolor», según las propias declaraciones del enfermero.
La inacción de los hospitales fue clave para los crímenes
Uno de los aspectos más impactantes de esta historia, es que ninguno de los hospitales tomó medidas para evitar que el enfermero continuara asesinando pacientes, aun cuando siempre dejó rastros de sus acciones. Ningún centro asistencial quiso enfrentar los problemas que esto representaba.
La única manera de dar con este asesinó fue a través de Amy Loughren, una enfermera con una hija y una enfermedad del corazón, quien colaboró con la investigación policial y luchó contra el hospital para poder encarcelar a uno de los mayores asesinos en serie de la historia de Estados Unidos.
Solo fue condenado por 29 asesinatos, por lo que su sentencia fue de 11 cadenas perpetuas, así como el pago de 96 millones de dólares a ocho familias. Por otra parte, cinco hospitales hicieron acuerdos con 22 familias por la muerte de los pacientes por negligencia.