¿Sabes qué es un embarazo anembrionario? También se le conoce como óvulo huero, es cuando el embrión de repente deja de desarrollarse o nunca lo hace, por lo que es reabsorbido por el cuerpo, dejando un saco gestacional vacío.
Aun no se conocen las causas por las que esto ocurre. No obstante, puede ser consecuencia de una anomalía cromosómica presente en el óvulo fertilizado. Esta condición aparece durante las primeras etapas de la gestación, incluso puede presentarse antes de conocer que se está embarazada.
Lo que ocurre con un embarazo anembrionario
Ya conoces qué es un embarazo anembrionario, por lo que te diremos lo que ocurre en estos casos. Puedes saber del embarazo, ya sea por prueba de farmacia, de sangre o por la ausencia de la menstruación. Esto sucede porque el embrión segrega la hormona conocida como gonadotropina coriónica humana (GCH). No obstante, cuando deja de desarrollarse y no puede implantarse, se deja de producir dicha sustancia.
Es posible que la mujer experimente síntomas de embarazo durante las primeras semanas. Algunos de ellos son náuseas, vómito, sensibilidad en las mamas, rechazo a algunos olores o sabores, entre otros. Esto se debe a que los niveles de las hormonas están altos, pero cuando el embrión deja de crecer, esto desaparece por completo.
Cuando eso ocurre, la mujer puede experimentar dolores abdominales menores, así como sangrados o manchas leves. Al realizarse un eco, el especialista puede observar que el saco gestacional está vacío.
Si no se asiste al médico cuando se presentan estos síntomas, se presenta un aborto espontáneo. Algunas mujeres prefieren esperar el aborto, para que ocurra de forma natural, mientras que otras ingieren medicamentos para provocarlo. Incluso, en algunas ocasiones se lleva a cabo un procedimiento de legrado o dilatación, que se basa en extirpar todos los tejidos de la placenta.
El embarazo anembrionario es poco común. Sin embargo, la mayoría de las mujeres que lo han experimentado después tienen embarazos totalmente normales y exitosos, por lo que no es una condicionante para no volver a intentar tener bebés.