Hay que tomarse en serio el poder de la simplificación y el auge de lo minimalista sobre lo extravagante. Esto es algo que han aprendido y adoptado las grandes firmas de alta moda y lujo. Ellas se enfocaron en simplificar y homogeneizar sus logos, como una estrategia para quedarse en la mente de sus compradores.
Esta tendencia de simplificación de la marca o branding ha ganado terreno. Estamos ante una era en la que las firmas de moda no quieren destacar con su logotipo. De hecho, buscan crear un emblema que forme parte de un gran todo, equilibrado y que envuelve de manera estética y delicada la armonía que representa la marca.
La estandarización en la industria de la moda
Esta tendencia no es nueva. Ya tiene un tiempo gestándose y fue en el 2012 cuando se inició de la mano de Hedi Slimane, con la firma francesa Saint Laurent. En esa oportunidad eliminó el Yves de su identidad corporativa, según reseña el portal Highxtar .
Todos los movimientos de las grandes marcas de moda tienen una razón de ser y están previamente estudiados. Buscan renovar la herencia de las firmas en un entorno globalizado.
Junto a Saint Laurent, otras firmas de moda y alta costura como Burberry, Balenciaga, Berluti o Rimowa se han incorporado a la tendencia. Suavizaron con minimalismo su identidad, con la idea de crear un logo fuerte, con carácter y potencia. Todo esto mediante aspectos geométricos que destacan por la claridad y simpleza.
En la reducción parece estar la nueva apuesta. Esa en el que el nombre de la firma se transforma. Por ejemplo la marca de moda Hugo Boss ahora se presenta como Boss o Hugo. También Ermenegildo Zegna funciona ahora solo bajo el nombre de Zegna.
En la historia reciente, marcas como Ferragamo dejaron de lado la letra cursiva para dar paso a una tipografía inspirada en las inscripciones de piedra. Sobre los colores, apuestan por tonos con los que sea sencillo identificar a la firma de moda. En el caso de Valentino es el rosa, Bottega Veneta tomó el verde croma y Balestra lo hizo con el azul eléctrico.