El azúcar y el alcohol son dos sustancias que pueden tener efectos negativos en la salud, especialmente si se consumen en exceso y de forma frecuente. Pero, ¿cuál de las dos es peor? ¿Qué impacto tienen en el organismo y en el nivel de azúcar en la sangre?, ¿es mejor el azúcar o el alcohol?.
Antes de definir cuál es mejor entre azúcar o alcohol, debes conocer cada uno. En primer lugar, el azúcar es un tipo de carbohidrato que aporta energía al cuerpo. Pero también puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y caries dentales. El consumo recomendado de azúcar es de no más de 25 gramos al día para las mujeres y 37 gramos para los hombres.
Por otro lado, el alcohol a diferencia del azúcar, es una sustancia que actúa como un depresor del sistema nervioso central. Además, altera el estado de ánimo, la coordinación, el juicio y la memoria. El consumo excesivo de alcohol puede causar daños. Por ejemplo, en el hígado, el páncreas, el cerebro y el corazón, así como aumentar el riesgo de cáncer, accidentes, violencia y adicción. El consumo moderado de alcohol se define como no más de una bebida al día para las mujeres y dos para los hombres.
Entonces, ¿azúcar o alcohol?
El azúcar y el alcohol pueden interferir con la forma en que el cuerpo utiliza y regula el azúcar en la sangre (glucosa). A su vez, es esencial para el funcionamiento de las células y los órganos. El azúcar puede provocar picos y caídas en el nivel de glucosa, lo que puede afectar el apetito, el estado de ánimo y la energía. Mientras tanto, el alcohol puede inhibir la liberación de glucosa por parte del hígado. Lo que también puede causar hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en la sangre) o hiperglucemia (nivel alto de azúcar en la sangre), dependiendo de la cantidad y el tipo de alcohol que se consuma, así como de los alimentos que se ingieran junto con el alcohol.
Las personas con diabetes o con problemas de azúcar en la sangre deben tener especial cuidado con el consumo de azúcar o alcohol. Esto porque ambos pueden alterar el efecto de la insulina y de los medicamentos para la diabetes, dificultando el control de la glucosa. Además, el alcohol puede aumentar la resistencia a la insulina y el riesgo de complicaciones diabéticas.
En conclusión, tanto el azúcar como el alcohol pueden ser perjudiciales para la salud si se consumen en exceso y de forma frecuente. Por lo tanto, se recomienda limitar su ingesta y optar por opciones más saludables, como frutas, verduras, cereales integrales, agua y bebidas sin alcohol. Asimismo, se aconseja consultar con el médico antes de tomar alcohol si se tiene diabetes o algún problema de azúcar en la sangre, y seguir las pautas de consumo responsable y moderado.
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