La pizza es uno de los platos más populares y deliciosos del mundo, pero para que quede perfecta se necesita una buena masa para pizza. Esta parte crujiente es la base sobre la que se colocan los ingredientes y el queso, y debe ser esponjosa, fina y crujiente al mismo tiempo. ¿Cómo conseguirlo? Te lo contamos a continuación.
La receta original de la masa de pizza es la italiana, especialmente la napolitana, que se caracteriza por ser muy fina y tener un borde elevado y aireado. Para hacerla se necesitan pocos ingredientes. Entre ellos, harina de fuerza, agua, aceite de oliva, sal y levadura. La proporción adecuada es de 1 kg de harina por 560 ml de agua, 25 g de sal, 25 ml de aceite y 14 g de levadura fresca o 4-5 g de levadura seca.
Aprende a hacer masa para pizza
El primer paso es mezclar la harina con la levadura disuelta en el agua en un bol grande, haciendo un hueco en el centro. Luego se añade el aceite y la sal, y se integra todo bien con una cuchara de madera o con las manos. Además, se pasa la masa a una superficie enharinada y se amasa durante unos 10 minutos, estirando y doblando la masa varias veces para darle elasticidad.
Después se divide la masa para pizza en porciones del tamaño deseado (unos 250 g para una pizza individual) y se hacen bolas con ellas. Se colocan las bolas en una bandeja enharinada, se cubren con film transparente y se dejan reposar en la nevera entre 24 y 48 horas. Este tiempo de fermentación lenta hace que la masa desarrolle más sabor y sea más digerible.
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Cuando se vaya a usar la masa para pizza, se saca de la nevera una hora antes para que esté al clima. Además, se estira cada bola con las manos o con un rodillo sobre una superficie enharinada, dándole la forma redonda u ovalada que se prefiera. Asimismo, se debe dejar un borde más grueso que el centro, y hacer unos agujeros con un tenedor para evitar que se formen burbujas.
Sencillos pasos para una obra italiana de gastronomía
Se coloca la masa de pizza sobre una bandeja de horno con papel vegetal o sobre una piedra para pizza, que ayuda a que quede más crujiente. También, se añaden los ingredientes que se quieran, como salsa de tomate, queso mozzarella, jamón, champiñones, etc. Se hornea la pizza en el horno precalentado a 250ºC durante unos 10-15 minutos, hasta que el queso se funda y el borde se dore.
Ya está lista para disfrutar de una deliciosa pizza casera con una masa auténtica y fácil de hacer. Te recomendamos que pruebes diferentes combinaciones de ingredientes y que experimentes con otras harinas o hierbas aromáticas para darle más sabor a tu masa. La pizza italiana es un plato versátil y saludable que nunca falla.
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