El cardenal Burke es uno de los principales líderes del ala más conservadora de la Iglesia católica y uno de los más críticos del papa Francisco. Su relación con el pontífice y la Curia Romana ha sido tensa y conflictiva desde el inicio del actual papado. Como consecuencia de los roces, el Papa decidió desalojarlo de su residencia en el Vaticano y retirarle su salario. En este artículo, analizaremos los aspectos más relevantes de esta relación y las controversias que la han rodeado.
La relación del cardenal Burke con el Papa y la Curia Romana
El cardenal Burke nació en Wisconsin, Estados Unidos, en 1948. Estudió en el Seminario de la Santa Cruz de La Crosse y en la Universidad Católica de América, donde obtuvo la licenciatura y el máster en filosofía. Para 1975 fue ordenado sacerdote por el papa Pablo VI en la Basílica de San Pedro, tras lo que regresó a La Crosse. Allí, fue rector asociado en la Catedral de San José Obrero. En 1980 regresó a Roma para obtener un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana.
Después de ser nombrado obispo en 1994 y arzobispo de San Luis en 2003, el papa Benedicto XVI nombró al Cardenal Burke prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Esta es la máxima autoridad judicial de la Iglesia católica, con sede en el Palacio de la Cancillería de Roma. Su relación cercana con el Vaticano fue durante el papado de Benedicto, quien lo hizo cardenal en 2010. Desde entonces, se le ha percibido como una de las principales voces del tradicionalismo entre los prelados de la Iglesia católica y el líder de facto de su ala más conservadora.
Tensión y controversias
Las tensiones entre el cardenal Burke y el papa Francisco han estado latentes desde el inicio de este último pontificado. El cardenal ha sido un abierto crítico de las gestiones del Papa para reformar los asuntos, tanto litúrgicos como sociales, de la Iglesia. Entre los temas que han generado mayor fricción se encuentran aspectos delicados en la sociedad más conservadora. Por ejemplo, la comunión a los divorciados vueltos a casar, la moral sexual, el ecumenismo, el diálogo interreligioso, la atención a los migrantes. También, la defensa de la vida y la familia, el papel de la mujer en la Iglesia y la lucha contra el abuso clerical.

Además, el cardenal Burke ha expresado en varias ocasiones su desacuerdo con el Papa, llegando incluso a cuestionar su autoridad. Todo esto ha creado tensión en el Vaticano porque incluso a sugerido la posibilidad de una “corrección fraterna” o de un cisma en la Iglesia. Asimismo, ha participado en iniciativas que buscan frenar o revertir las reformas impulsadas por el Papa. Entre ellas, la firma de la llamada “dubia” (un documento con cinco preguntas sobre la exhortación apostólica Amoris laetitia), la redacción de la “Declaración de Verdad” (un manifiesto con 40 puntos que reafirman la doctrina tradicional de la Iglesia) o la adhesión al “Apelo por la Iglesia y el mundo” (un texto que denuncia una supuesta conspiración mundial contra la libertad y la soberanía de los Estados).
Reacciones del Vaticano contra el cardenal Burke
Estas actitudes provocaron el malestar y la reacción del papa Francisco, quien tomó medidas para reducir la influencia y los privilegios del cardenal Burke en el Vaticano. De esta forma, en 2014, el Papa lo removió de su cargo de prefecto de la Signatura Apostólica. Sin embargo, lo nombró patrono de la Soberana Orden Militar de Malta, un puesto considerado menor y más ceremonial.
Para el año 2016, el Papa intervino en la crisis interna de la Orden de Malta, que había destituido al gran canciller por distribuir preservativos en África. Además, le pidió al cardenal Burke que renunciara a su cargo de patrono, lo que el cardenal rechazó.

Las tensiones y conflictos entre ambos hombres de Fe continuaron y para el 2019. Fue en este año cuando el Papa excluyó al cardenal Burke del grupo de cardenales que lo asesoran en el gobierno de la Iglesia. Como si esto no fuera suficiente, en 2021, el Papa decidió desalojarlo de su residencia en el Vaticano y retirarle su salario, que oscila entre 5.000 y 6.000 euros al mes.
Cómo ha influido el cardenal Burke en las decisiones y políticas de la Iglesia
A pesar de las medidas tomadas por el papa Francisco y le Vaticano para limitar su poder, el cardenal Burke mantiene una notable influencia en las decisiones y políticas de la Iglesia. Especialmente entre los sectores más conservadores y tradicionalistas.
Por ejemplo, el cardenal Burke es un referente para muchos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que comparten su visión de la Iglesia y que se oponen a las reformas del Papa. Además, participa activamente en diversos eventos, conferencias, entrevistas, libros y artículos, en los que defiende y difunde tanto su doctrina como su praxis.
Influencia de Burke en temas del Vaticano
Entre los temas en los que el cardenal Burke ha tenido mayor influencia se encuentran los siguientes:
La liturgia. El cardenal Burke es un firme defensor de la forma extraordinaria del rito romano, también conocida como misa tridentina o misa en latín. Esta fue promovida por el papa Benedicto XVI en el motu proprio Summorum pontificum. Burke celebra y fomenta esta forma litúrgica en varias ocasiones. Además, critica la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II y la forma ordinaria del rito romano, que considera más horizontal y menos sagrada.
El cardenal Burke también cuestiona algunas de las decisiones del papa Francisco sobre la liturgia. Por ejemplo, la modificación de la oración del Padre Nuestro, la inclusión de la memoria de Santa María Magdalena en el calendario romano o la concesión de la facultad de lavar los pies a las mujeres en el Jueves Santo.
Más rechazos
La moral sexual. El cardenal Burke es un firme defensor de la doctrina tradicional de la Iglesia sobre la moral sexual. De cierto modo la considera inmutable y basada en la ley natural. También rechaza cualquier apertura o cambio en la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, la familia, la sexualidad, la procreación y la vida.
Además, el cardenal Burke critica duramente la exhortación apostólica Amoris laetitia, que aborda estos temas y que propone un discernimiento pastoral para los divorciados vueltos a casar. De hecho, Burke niega la posibilidad de acceder a la comunión. También condena el aborto, la eutanasia, la anticoncepción, la esterilización. Asimismo, no apoya la fecundación in vitro, la homosexualidad, el transexualismo, el feminismo, el género y la ideología de género.
El ecumenismo y el diálogo interreligioso. El cardenal Burke es un firme defensor de la identidad católica y de la primacía de la Iglesia sobre las demás confesiones cristianas y religiones. Al mismo tiempo, cuestiona el ecumenismo y el diálogo interreligioso promovidos por el papa Francisco, que considera ambiguos y relativistas.

De igual modo, el cardenal Burke critica algunos de los gestos y documentos del Papa en este ámbito. Por ejemplo, como el abrazo con el patriarca ortodoxo Kiril, la firma de la declaración conjunta con el gran imán de Al-Azhar, el viaje a Abu Dabi. También la oración por la paz en Asís, el encuentro con los líderes religiosos en Bangkok o la encíclica Fratelli tutti.
La posición del cardenal Burke es similar a la de otros líderes religiosos conservadores que defienden la doctrina tradicional de la Iglesia católica. Además, se oponen a las reformas del papa Francisco y a los cambios sociales y culturales del mundo contemporáneo.
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