Las arrugas son un símbolo del paso del tiempo que aparece en la piel, pues es un efecto de envejecimiento. Es un proceso natural que puede frenarse con el uso de una crema para las arrugas y otros cosméticos. De esa forma, se obtiene un rostro más rejuvenecido, con las líneas de expresión atenuadas.
Sin embargo, la elección de este producto depende de varios factores como tu tipo de piel, si eres tendiente a las alergias, entre otros.
Crema para las arrugas: ten en cuenta esto antes de comprarla
Antes de adquirir una crema para las arrugas, lo más adecuado es considerar aspectos como estos:
Tu edad
Es la primera característica que debes considerar, pues una persona de 25 o 30 años no necesita el mismo cosmético que una de 50. En el mercado actual existen cremas con fórmulas específicas adecuadas a tu edad. Por tanto, lo mejor es solicitar asesoría a un experto, quien te orientará acerca de la mejor alternativa para ti.
Tipo de piel
Otro aspecto importante al elegir una crema para las arrugas es tu tipo de piel. Por ejemplo, las pieles secas necesitan un producto hidratante y con protección solar, mientras las grasas se tratan con cosméticos libres de aceite, por lo que tienen fórmulas ligeras.
Así mismo, las personas que tienen la piel muy sensible o con tendencia atípica, deben optar por fórmulas hipoalergénicas, sin perfumes, que eviten el envejecimiento prematuro y calmen la piel.
Los componentes de la crema antiarrugas
La fórmula con la que se fabrica este cosmético es muy eficiente para evitar la formación de arrugas. Sin embargo, es importante que revises si contiene alguna de estas sustancias:
Elastina, que combate la flacidez y devuelve la elasticidad a la piel, protegiendo así la tersura.
Colágeno, que reduce las arrugas y líneas de expresión, por lo que ayuda a recuperar la flexibilidad de la piel.
Antioxidantes, que son sustancias anti envejecimiento, encargadas de combatir los radicales libres. Además, proporcionan relieve y volumen a la piel.
Ácido glicólico, es un componente con la capacidad de restaurar la piel, al tiempo que la hidrata profundamente.