Una de las frutas productivas y comestibles es la sandía. Considerada como un alimento de verano, con un sabor delicioso y una gran versatilidad. Puedes consumirla de diferentes maneras como en ensaladas, a la parrilla, en trozos o en zumos.
Esta fruta resulta muy nutritiva e hidratante, pues el 92 % de sus ingredientes es agua. Además, representa una fuente importante de citrulina, un aminoácido que favorece el rendimiento durante la práctica de ejercicio. También tiene antioxidantes como la vitamina C, el licopeno y los carotenoides.
Beneficios de consumir sandía
La sandía tiene la propiedad de combatir los radicales libres y evitar la oxidación de las células del cuerpo. Así mismo, resulta idónea para mantener el cuerpo bien hidratado, mientras que sus semillas negras resultan muy nutritivas. Cuando no tiras esas semillas, puedes usarlas para sembrarlas y plantar un nuevo árbol.
Las semillas blancas de esta fruta son inmaduras y pueden comerse con tranquilidad, pues resultan seguras para nuestra salud. Son muy bajas en calorías, pero ricas en micronutrientes como el potasio, el cobre, el hierro, el magnesio, el zinc y el ácido fólico.
Así mismo, fortalecen el sistema inmunológico porque son ricas en magnesio. Esto también ayuda a controlar la presión arterial. Incluso, fortifican los huesos por su alto contenido de nutrientes minerales que mejoran la densidad ósea.
Semillas de sandía mejoran la apariencia del cabello y la piel
Consumir semillas de sandía favorece el cuidado y mejora la apariencia del cabello y la piel. Gracias a los antioxidantes que contienen, conservan ambos elementos jóvenes. De hecho, en cosmética se usa el aceite de semilla de sandía como ingrediente de algunos productos de belleza. Así mismo, son alimentos que evitan y frenan el envejecimiento prematuro de las células de la piel.