El orégano es una planta aromática, compuesta por hojas secas que se usa como condimento para la comida mediterránea. No obstante, de los brotes frescos y las hojas se extrae un aceite esencial, que posee muchas propiedades beneficiosas para la salud.
A esta sustancia se le da un uso muy variado, que va desde tratar afecciones de la piel hasta aliviar los problemas del estómago. Para esto es importante saber cómo tomarlo, pues es un antiséptico natural que debe consumirse de manera segura.
Principales usos del aceite de orégano
El aceite de orégano posee una propiedad antibacteriana y antiséptica, que lo convierten en un remedio natural ante diferentes afecciones corporales.
Esta sustancia contiene dos ingredientes como el timol y el carvacrol, dos fenoles con propiedades antioxidantes, que hacen de este aceite un producto adecuado para combatir bacterias y hongos causantes de procesos infecciones.
El aroma del orégano es producto del carvacrol, un antibiótico natural. El timol, por su parte, es un antifúngico que combate hongos como el pie de atleta o la candidiasis.
Tal como ocurre con otros aceites esenciales, el de orégano viene en una presentación diluida en otros aceites. Algunos de ellos son el de oliva y el de almendras. Es por ello que se debe consumir de manera adecuada, dependiendo de la condición para la que se toma.
Sin embargo, es más común que se aplique por vía tópica para el tratamiento natural contra hongos. También es muy eficiente como remedio antienvejecimiento, para afecciones de las vías respiratorias, dolencias musculares y articulares, así como molestias en el tracto digestivo.
Por tanto, antes de comenzar a utilizar este aceite como remedio casero, es necesario que consultes con un experto las contraindicaciones que tiene, pues su consumo en cantidades adecuadas puede afectar tu salud.