La vitamina E es un nutriente esencial que tiene funciones importantes en el organismo. Se trata de un antioxidante que protege a las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que se generan por el estrés, la contaminación o el envejecimiento.
¿Qué es la Vitamina E?
De igual modo, La vitamina E también interviene en el sistema inmunológico, la coagulación sanguínea, la salud de la piel y el cabello. Además, sirve para la prevención de enfermedades cardiovasculares, crónicas e incluso el cáncer.
Este nutriente está presente en varios alimentos de origen vegetal y animal. Entre los alimentos más ricos en vitamina E se encuentran los aceites vegetales (como el de girasol, el de oliva o el de soja), los frutos secos (como las almendras, las nueces o las avellanas). Además, también está presente en semillas (como las de girasol, las de calabaza o las de sésamo), en los cereales integrales (como el trigo, la avena o el arroz). Asimismo, también en las verduras de hoja verde (como las espinacas, las acelgas o el brócoli) y algunos frutos (como el aguacate, el kiwi o la papaya).
¿Qué cantidad consumir?
La cantidad diaria recomendada de vitamina E varía según la edad, el sexo y el estado de salud de cada persona. En general, se recomienda consumir entre 10 y 15 miligramos al día para los adultos y entre 4 y 7 miligramos al día para los niños. Sin embargo, estas cantidades pueden aumentar en casos de embarazo, lactancia, enfermedades hepáticas o renales o déficit de absorción.
Por otro lado, un exceso de vitamina E puede causar efectos adversos como náuseas, diarrea, dolor de cabeza o sangrado. De modo que este nutriente se debe incluir en la dieta para mantener una buena salud. Lo recomendado es consumir alimentos variados y equilibrados que aporten la cantidad necesaria y evitar los suplementos sin prescripción médica.
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