La planta de ruda tiene un aspecto bastante sutil y puede alcanzar hasta un metro de altura. Sus hojas son alternas y la flor es muy llamativa, de color amarillo. Muchas personas creen que tiene el poder de absorber la energía negativa de un lugar. Si eres una de ellas, te enseñaremos cómo cuidarla de manera adecuada.
Cuidados de la planta de ruda
La planta de ruda, en condiciones normales, tiende a crecer hasta un metro de largo. Se da muy bien en zonas templadas, pero no en las que se presentan heladas. Por tanto, al vivir en una zona muy fría y con mucho viento, debes protegerla de ambas condiciones para evitar que muera. Florece en la temporada de primavera y atrae a las mariposas.
En líneas generales, requiere poco mantenimiento y cuidados, por lo que es adecuada para quienes no tienen mucha experiencia. Aun cuando el sol le resulta beneficioso, no debes exponerla de forma directa. Además, debes regarla dos veces a la semana con cierta moderación.
En cuanto a la tierra, lo más recomendable es que la siembres en un suelo alcalino. Así mismo, es aconsejable agregar tierra orgánica y cubrirla protegiendo la raíz por completo. Pódala en la temporada de invierno, a unos 10 cm del suelo como máximo, a fin de incentivar su crecimiento y mejorar su aspecto.
La reproducción de la planta de ruda
Si quieres reproducir esta planta, puedes hacerlo usando esquejes o semillas. Estas últimas necesitan luz para germinar y no debes cubrirla por completo con tierra; sin embargo, debes tener el suelo húmedo. La temperatura debe ser superior a 20 grados para que se lleve a cabo la reproducción.
Tarda dos semanas en germinar y estará lista para ser trasplantada en un plazo de dos meses. Todas las nuevas plantas deben ubicarse a una distancia de 45 cm como mínimo.
Para conseguir las semillas, solo tienes que dejar secar las flores, que se convierten en capullos. Una vez que se secan, los quitas y los recoges.