La temporada decembrina ya está aquí y con ella llegan las comidas copiosas y los excesos. Sin embargo, antes de tomar prácticas extremas para compensar y buscar un equilibrio, debes saber que no todas son saludables. Las comidas y excesos de Navidad son regulares durante los últimos días de año y los primeros del nuevo. Para contrarrestar los efectos de este abuso en la comidas hay quienes optan por tomar vías rápidas intentando buscar un equilibrio.
Sin embargo, una de las peores cosas que puedes hacer es implementar una dieta restrictiva. Reducir de golpe las calorías que se ingieren puede afectar tu estado de salud. Dentro de las consecuencias, se incrementa la ansiedad y el metabolismo se hace más lento.
Además, los programas severos de alimentación no son sostenibles en el tiempo. De modo que eventualmente comenzarás a ingerir incluso más que antes de comenzar.
Así contrarrestas los excesos de Navidad
Detox
Depurar el organismo de los excesos de Navidad es un buen plan. Sin embargo, como estrategia para año nuevo puede que no sea favorable. Las dietas detox a veces tienen el efecto contrario al que se busca. Lo primero es comprender que las dietas milagrosas no existen.
En este sentido lo mejor es recuperar de a poco el equilibrio en la alimentación, pero sin ejecutar limitaciones extremas o modelos restrictivos insostenibles en el tiempo.
Laxantes o diuréticos
Hay quienes toman algunas malas decisiones para compensar los excesos de Navidad y una de las peores es ingerir píldoras de acción diurética o efecto laxante. Para estos fines no es saludable. Recuerda que se tratan de medicamentos referidos para situaciones puntuales y no se deben tomar sin supervisión médica.

Contrario a cuidar tu salud, puedes conseguir que se irrite el intestino y que se generen desequilibrios de electrolitos en tu organismo.
Una forma positiva de lograr contrarrestar los excesos es tomar abundante agua y comer fibra. De esta forma se alivia el estreñimiento sin recurrir a laxantes.
Ejercicio para reducir los excesos de Navidad
No se trata de que no hagas ejercicio. Es que lo tomes con calma y no lo hagas en exceso ni en forma repentina. Si ya vienes ejecutando una rutina, continúa paulatinamente. Con los excesos no es recomendado hacer entrenamientos extenuantes. Contrario a lograr resultados, puedes tener un agotamiento físico y mental, así como experimentar una sensación de desgaste.
Lo mejor es mantenerse activo y no caer en los extremos contraproducentes.