Una ducha fría antes de entrenar y darle con todos los hierros, puede ser lo que necesitas para terminar de definir y tener mayor potencia en la rutina. Lo común es que después de un arduo entrenamiento haya una merecida ducha de recuperación. Aunque no lo creas, antes de entrenar también es conveniente tomar un baño rápido con agua helada.
¿Por qué? Algunos expertos coinciden en que tomar una ducha fría previo al entrenamiento sirve para activar el organismo y acelerar el metabolismo. En otras palabras contribuye a la quema de calorías a mayor intensidad durante la sesión.
Solo 5 minutos de ducha fría
Basta con permanecer solo 5 minutos bajo el agua en la ducha, relajado y con una respiración constante, esto será beneficioso. Si bien parece una locura, el agua fría te ayudará a entrar en calor porque subirá el termostato interno, activará el metabolismo y hará que se comiencen a generar los mecanismos del cuerpo para la producción de calor.
Además, según apunta la revista Menshealth es beneficioso porque contribuye a producir norepinefrina y dopamina. Es posible que la primera vez de la ducha fría no sea placentera, pero al mismo tiempo esto te ayudará a fomentar la fortaleza mental que requieres para hacer un workout intenso. Un beneficio adicional, es que tras el baño, lo demás te parecerá fácil, considera que los atletas de alto rendimiento toman tinas con hielo.

Por otro lado, después de la ronda de entrenamiento, es normal que sientas que no tienes fuerzas y te sientas muy agotado. En este caso, antes de recurrir a los anti-inflamatorios, una ducha fría, alternada con calor, puede ser lo que tus músculos necesitan para recuperarse.
Estas terapias de frio y calor, abren y cierran los vasos sanguíneos y estimulan la expulsión de residuos de los músculos. Recuerda que tanto el tiempo de recuperación como el de descanso, son igual de importantes que los entrenamientos. Así que asegúrate de incluirlos en tus rutinas para correr. Ahora que conoces los beneficios del agua fría, es momento de probar.