El empachado en los niños es el nombre que algunas personas dan a un problema digestivo frecuente. Es algo bastante común en los pequeños que son muy glotones y les gusta probar todo. Se produce por la ingesta excesiva de alimentos y se presenta en bebés o niños de cualquier edad.
Síntomas de empacho en niños
Los síntomas más comunes de que un niño está empachado son los siguientes:
- Dolor de estómago.
- Llanto y rechazo a la leche.
- Diarrea y heces mocosas.
- Dolor de cabeza.
¿Cómo curar un niño empachado?
La cura para el empachado de los niños se logra a través de la aplicación de un tratamiento médico. El objetivo en este caso es ayudar al pequeño a expulsar lo que le produjo el daño u obstrucción del tubo digestivo. Entonces, se administran medicamentos para estimular el tránsito intestinal para que evacúe si se encuentra en el intestino. También puede vomitar si está alojado en el estómago.
¿Qué hacer en este caso?
Lo mejor que puedes hacer al observar que un niño está empachado, es evitar que consuma más alimentos. Lo más importante es darle agua con frecuencia, especialmente si tiene diarrea o vómito, para evitar que se deshidrate. Tampoco le ofrezcas comida, pues no le apetecerá hasta que no se sienta un poco mejor.
Una alternativa para aliviar su dolor abdominal es haciendo masajes suaves con aceite en el estómago, en sentido de las agujas del reloj. También puedes aplicar compresas o paños calientes en la zona. Al hacer esto controla la temperatura para evitar quemaduras en el niño.
Si el niño tiene menos de un año o lo notas muy decaído, lo más adecuado es llevarlo con el pediatra. De esa manera evitas una deshidratación y aplicarás el tratamiento adecuado para él.