La planta sansevieria también es conocida como lengua de suegra, espada de San Jorge o cola de lagarto. Resulta ideal para las personas que tienen poco tiempo para cuidarla, al tiempo que representa un elemento decorativo atractivo en el hogar.
Existen diferentes variedades de esta planta, con tonalidades que van desde verde oscuro a verde claro, incluso hay tipos de color amarillo. Aquí te contaremos cómo puedes cuidarla para mantenerla en perfecto estado siempre.
Tipo de tierra de la lengua de suegra
Coloca la planta en una maceta en la que pueda crecer de forma adecuada y sana. Agrega la tierra en una medida acorde a su tamaño, para que las raíces se sujeten correctamente. Recuerda que la lengua de suegra necesita un buen soporte y no exige mucho fertilizante, por lo que se recomienda aplicarle alimento de cactus una vez al mes, a fin de proporcionarle más resistencia y fuerza a la planta.
Si notas que las hojas comienzan a caerse tienes que podarlas. No trates de enderezarla, pues solo tienes que cortar las hojas dañadas y eliminar la tierra para nivelar su soporte. Trasplántala una vez al año y lo más adecuado es dejarla en una maceta de arcilla, que tolera mejor su peso.
Clima y temperatura
La lengua de suegra es una planta de clima cálido, por lo que debes tenerla dentro si estás en una zona fría para que prospere su desarrollo. Ten en cuenta que se da mejor en ambientes con temperaturas que va de 13 a 24 grados centígrados.
Aunado a ello, es amante de la luz, por lo que es mejor ubicarla en un área del hogar en el que reciba la mayor luz natural posible. Sin embargo, se adapta a cualquier iluminación baja por un periodo corto.
Riego de la sansevieria
El riego de este tipo de planta es muy sencillo, pues no exige mucha cantidad de agua para vivir. Basta con que la riegues una o dos veces a la semana como máximo. Recuerda que si la riegas mucho corre el riesgo de podrirse.
De hecho, esta planta es tan inteligente que te marca el sistema de riego que necesita. Por tanto, si observas que las hojas se encorvan, arrugan o inclinan hacia abajo, quiere decir que necesita agua. Cuando se riega en exceso, las hojas se convierten en un tipo de revoltijo. Si notas que las hojas están grasientas debes secarlas.