Los espasmos musculares son movimientos involuntarios, los cuales se presentan cuando el músculo está sobrecargado. También son frecuentes cuando existe una lesión, pero no requieren atención inmediata porque no producen efectos adversos.
Se les conoce como calambres o tirones y se presentan en cualquier músculo del cuerpo. Son muy comunes en los deportistas y atletas de alto rendimiento, quienes someten el cuerpo a un estrés y ejercicio intenso.
Espasmos musculares ¿qué es lo que ocurre?
Los espasmos de los músculos producen el movimiento involuntario y repentino de ellos. Algunas veces se sienten como un calambre doloroso o como un simple tirón. Tienen una duración que va desde pocos segundos hasta algunos minutos, pero desaparecen por sí solos.
Los espasmos musculares no requieren la aplicación de algún tipo de tratamiento. Cuando produce dolor, basta con hacer un masaje suave en la zona afectada, o aplicar una compresa de hielo o agua caliente. Esto produce un efecto de alivio inmediato y duradero.
Por lo general esta condición no se repite de forma seguida. Sin embargo, cuando se producen con mucha frecuencia pueden estar indicando que existe una afección médica. Además, esto suele ir acompañado de otros síntomas propios de la enfermedad. En estos casos, lo más idóneo es consultar con un especialista para la respectiva revisión y diagnóstico.
Factores de riesgo
Existen personas que tienen mayor propensión a los espasmos musculares, como los deportistas de alto rendimiento, los adultos mayores, los que tienen sobrepeso u obesidad, así como las mujeres embarazadas y quienes presentan ciertas patologías nerviosas.
Incluso, quienes presentan problemas relacionados con la tiroides pueden manifestar estos espasmos, con una frecuencia más elevada que el promedio. No obstante, no hay de qué preocuparse, pues es una situación asociada a dicha condición, que no provoca ningún tipo de efecto adverso o permanente.
