Para muchos el tatuaje es arte, grabado en la piel por medio de tintas que penetran bajo la epidermis, para que quien se lo realice pueda expresar sus gustos, su forma de ser y/o sus creencias; inmortalizándolos en su piel.
Pero más allá de eso, muchos lo ven como una modificación del aspecto físico, que puede hacerle ver más atractivo, una creencia que se ha ido extendiendo aún más en las últimas décadas, pero ya se ventilaba en tiempos anteriores donde tradicionalmente se ha practicado el tatuajes.
Tatuajes, atractivo y feromonas
Precisamente para echar luz sobre este tema, los investigadores Andrzej Galbarczyk y Anna Ziomkiewicz, de la Universidad Jagellónica de Polonia, realizaron un estudio para conocer qué tan ‘atractivos’ pueden llegar a ser los hombres tatuados.
El estudio se llevó a cabo utilizando fotos reales de hombres sin tatuajes, las cuales posteriormente se modificaron digitalmente para agregar tatuajes a su cuerpo. La muestra poblacional abarcó la impresión de 2584 personas de ambos géneros para conocer su opinión.
Mediante este aumento de que las mujeres vieron más saludables, pero no más ni menos atractivas las versiones tatuadas.
Explicaron los expertos que esto se debe a que los hombres tatuados se apreciaban “más masculinos, dominantes y agresivos”. Estas características están asociadas con la testosterona, hormona que se relaciona habitualmente con la buena salud.
Entre los varones encuestados, el resultado fue diametralmente opuesto. Estos calificaron a las versiones como más atractivas, pero ni más ni menos saludables que la original.
Los hombres a quienes se aplicó la encuesta, destacaron que sí vieron más masculinos, dominantes y agresivos a los varones tatuados, al igual que las mujeres, afianzando aún más su percepción de atractivos.
Según los autores del estudio, esto se debe a que todos los encuestados manifiestan ser heterosexuales. Probablemente por eso vieron a los tatuados como “posibles rivales del mismo sexo”.