Existen muchos consejos para prolongar el bronceado. Estar bajo el sol es un arte que se aprende y practica durante horas en los días veraniegos en playas y piscinas. La idea del bronceado motiva; pero también estamos claros en que el efecto no es permanente.
Consejos para prolongar el bronceado, los infalibles
Sin embargo, sí es posible prolongar para que queden muestras de él al volver a la rutina diaria. Solo hay que cuidarlo, tomando algunas previsiones; como hidratar de forma constante la piel, preferiblemente por la mañana y por la noche.
Además, existen duchas de agua tibia y baños de burbujas que están creados para cuidar la piel bronceada. Si estos baños no son lo tuyo, otra forma de cuidar la piel es con la alimentación, trata de ingerir alimentos ricos en la molécula DHA, que favorece la producción de melanina, reseña la revista GQ.
También debes mantener una hidratación constante; ingerir agua, usar crema hidratante y además ir un paso más adelante y aplicar after sun.
Después del bronceado
El bronceado se produce por la acción del sol sobre la piel, pero la piel necesita estar hidratada; de lo contrario, se pelará y la melanina se perderá. Por eso hay que mantener la hidratación y evitar las quemaduras, aplicando protector solar de manera uniforme para evitar los parches.Ya en casa; tras el día de sol, aplica un after sun de rápida absorción.
La hidratación también se consigue al beber agua y otra forma es comiendo frutas y verduras, preferiblemente de color naranja porque contienen más betacarotenos; además, debes añadir a tu dieta pescados azules y trata de complementar con un suplemento para el bronceado.
La exfoliación es otro punto importante para mantener el color de la piel; con ella, se eliminan las células muertas y se evita que la dermis se descame y agiliza la renovación celular uniforme, lo que mantiene el color por más tiempo.
Por último, si quieres que el bronceado se mantenga durante más tiempo, tendrás que evitar las piscinas y el aire acondicionado.
Por un lado, el cloro tiene efecto blanqueador sobre la piel, reseca y afecta el bronceado. Mientras que el aire deshumidifica y seca la piel; lo que se traduce en descamación y un rápido adiós a la piel tostada.