Hay que aclarar que el vino no tiene fecha de caducidad, no importa qué tan barato o costoso sea. Cualquier época, fecha u hora del día puede ser el momento ideal para tomar el vino. Sin embargo, hay bebidas que son de guardar; es decir, que se pueden conservar por largo tiempo, mientras otras son jóvenes y resulta ideales para tomar en el momento.
A pesar de eso, si esta bebida no se conserva bien, su sabor puede cambiar considerablemente. Por ejemplo, el oxígeno es uno de los mayores enemigos del vino, si abres una botella, lo más recomendable es que la termines en poco tiempo. Esto no quiere decir que te la bebas en menos de una hora, pero tampoco puede durar una semana en el refrigerador, pues la bebida se oxidará, incrementará mucho su nivel de acidez y el sabor será avinagrado, lo cual no disfrutarás para nada.
El momento ideal para tomar el vino
De acuerdo con la revista Esquire, se estima que un vino, en el cual resalte la acidez, que se haya elaborado con uvas cosechadas en una zona fría o de altura, puede conservarse por más de 10 años. Mientras que los provenientes de zonas cálidas, donde los taninos y el sabor a alcohol sean predominantes, posiblemente no durará tanto tiempo guardado.

Es difícil predecir qué tanto puede durar un vino, debido a que su fermentación continúa en la botella y si bien el resultado de guardarlo puede ser todo un festival para el paladar, hay ocasiones en las que ocurre todo lo contrario y se pasa el tiempo del punto perfecto. Esto no quiere decir que la bebida haya caducado; sino que su sabor ya no será tan agradable.
Para tratar de predecir, se han realizado inventos como el Coravin, el cual permite probar el líquido que se conserva en la botella y verificar su evolución, sin tener que descorcharla, de este modo se puede saber si la bebida está lista para tomar o se puede seguir esperando un poco más.
Debes saber que aun cuando la acidez del vino haya aumentado considerablemente, es decir, que la bebida esté picada, es posible darle otros usos; como por ejemplo, emplearlo como aderezo para las ensaladas, también puedes cocinar con él o hacer vinagreta. Sirve para lavar verduras y para hacer gelatina. Incluso, aseguran que gracias a su acidez, es posible usarlo para limpiar, pues ayuda a erradicar la grasa.